Reparación de aire acondicionado por conductos
Cómo Solucionar Averías y Mejorar el Rendimiento
El aire acondicionado por conductos es una de las opciones más eficientes y cómodas para climatizar viviendas, oficinas y locales comerciales. Sin embargo, al tratarse de un sistema centralizado, una avería puede afectar a todas las estancias, generando problemas de confort y aumentando el consumo energético.
En nuestra experiencia como técnicos en reparación de aire acondicionado por conductos, hemos identificado una serie de problemas frecuentes que afectan a estos equipos y que, con un buen mantenimiento y una reparación oportuna, pueden solucionarse sin necesidad de sustituir el sistema completo.
En este artículo, explicaremos cómo detectar fallos en tu aire acondicionado, qué soluciones existen y cómo un mantenimiento adecuado puede evitar averías costosas.


Señales de que tu aire acondicionado por conductos necesita reparación
Un aire acondicionado por conductos no suele fallar de un día para otro. Generalmente, el equipo muestra señales de que algo no está funcionando correctamente antes de averiarse por completo. Algunos síntomas que indican la necesidad de una revisión técnica incluyen:
- Pérdida de potencia en la refrigeración o calefacción.
- Flujo de aire débil en algunas habitaciones.
- Aparición de ruidos inusuales o vibraciones en los conductos.
- Aire con mal olor, señal de acumulación de suciedad o moho.
- Encendidos y apagados repentinos sin motivo aparente.
- Aumento en la factura de electricidad sin cambios en el uso habitual.
Estos problemas pueden deberse a diferentes causas, desde una simple obstrucción en los filtros hasta fallos eléctricos o pérdidas de gas refrigerante.
Problemas más comunes en los aires acondicionados por conductos y cómo solucionarlos
Si el aire acondicionado ya no enfría ni calienta como antes, las posibles causas pueden ser:
- Falta de gas refrigerante debido a una fuga en el circuito.
- Filtros o conductos obstruidos por acumulación de polvo.
- Problemas con el termostato o sensores de temperatura.
🔧 Solución: Primero, es necesario comprobar el estado del gas refrigerante y detectar posibles fugas antes de recargarlo. Además, se debe limpiar a fondo los filtros y revisar que el termostato esté funcionando correctamente.
Los ruidos anómalos pueden indicar desde una pieza suelta hasta un problema en el ventilador o la unidad interior.
🔧 Solución: Si el ruido es un zumbido continuo, puede deberse a un fallo eléctrico. Si se trata de un golpeteo, podría ser un componente mal ajustado. Un técnico debe revisar el origen del ruido y realizar los ajustes o sustituciones necesarias.
Los olores desagradables pueden deberse a la acumulación de humedad, bacterias o incluso moho dentro de los conductos o en la unidad interior.
🔧 Solución: Una limpieza profesional de los conductos y la aplicación de productos antibacterianos eliminarán el problema y mejorarán la calidad del aire.
Si el equipo se apaga solo o no responde a los controles, puede haber fallos en el sistema eléctrico.
🔧 Solución: Revisar las conexiones eléctricas, comprobar el estado del termostato y verificar que no haya cortocircuitos en la unidad interior o exterior.
¿Por qué es importante un mantenimiento preventivo?
Muchos de los problemas que requieren una reparación urgente pueden evitarse con un mantenimiento periódico. Entre las acciones recomendadas están:
- Limpieza y cambio de filtros cada 3-6 meses.
- Revisión anual del nivel de gas refrigerante.
- Inspección de los conductos para detectar obstrucciones o fugas.
- Chequeo del estado de los ventiladores y la unidad exterior.
- Verificación del correcto funcionamiento del termostato.
En nuestra experiencia, el 70% de las averías que atendemos podrían haberse evitado con un mantenimiento adecuado.
¿Por qué es importante un mantenimiento preventivo?
Mantenimiento preventivo del aire acondicionado por conductos
No siempre es necesario cambiar un aire acondicionado cuando presenta fallos. En muchos casos, una reparación a tiempo puede extender su vida útil por varios años. Sin embargo, hay situaciones en las que sí es recomendable reemplazar el equipo:
- Si el sistema tiene más de 12-15 años y las averías son recurrentes.
- Si el consumo energético ha aumentado considerablemente.
- Si el coste de la reparación supera el 50% del precio de un equipo nuevo.
Como técnicos, siempre analizamos el estado del equipo y ofrecemos la mejor opción para cada caso, priorizando la reparación siempre que sea viable.

¿Cuánto cuesta reparar un aire acondicionado por conductos?

El coste de una reparación puede variar dependiendo de la avería y del tipo de equipo. A continuación, algunos precios aproximados:
- Carga de gas refrigerante y detección de fugas: Entre 100 y 300 euros.
- Limpieza de conductos y filtros: Desde 80 hasta 250 euros.
- Sustitución de termostato o sensores de temperatura: Entre 50 y 150 euros.
- Reparaciones eléctricas o fallos en la placa electrónica: Desde 100 euros en adelante.
Para conocer el coste exacto, siempre recomendamos solicitar un diagnóstico técnico antes de realizar cualquier reparación.
Preguntas Frecuentes sobre la Reparación del aire acondicionado por conductos
Se recomienda hacer un mantenimiento preventivo al menos una vez al año, idealmente antes de la temporada de calor. Si el equipo se usa con frecuencia, lo mejor es revisar los filtros y conductos cada 3 a 6 meses para evitar acumulación de polvo y bacterias.
Los fallos más frecuentes incluyen:
- Falta de enfriamiento o calefacción eficiente.
- Fugas de gas refrigerante.
- Obstrucción en los conductos.
- Ruidos extraños o vibraciones en la unidad.
- Problemas eléctricos o fallos en el termostato.
Si detectas alguno de estos problemas, lo mejor es contactar a un técnico especializado.
Las causas más habituales son:
- Falta de gas refrigerante por una fuga en el sistema.
- Filtros obstruidos con polvo y suciedad.
- Conductos bloqueados o en mal estado.
- Problemas en el termostato o en la placa electrónica.
Un diagnóstico técnico puede determinar el origen exacto del problema.
El tiempo de reparación varía según la avería.
- Limpieza y mantenimiento: 1-2 horas.
- Recarga de gas refrigerante: 2-3 horas (incluyendo la detección de fugas).
- Reparación de una fuga: Puede tardar de 2 a 6 horas, dependiendo de la complejidad del problema.
- Sustitución de piezas electrónicas: 1-3 horas.
Si la avería es más grave, el tiempo de reparación puede extenderse, pero un buen técnico diagnosticará el problema y dará una estimación clara.
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